5 tecnologías de bajo costo para enfrentar la sequía en hortalizas
La sequía, que afecta actualmente a cerca del 70% del territorio Chileno, ha impactado y seguirá impactando sin dudas a la actividad agrícola. En este contexto, es importante considerar que en el mercado hay algunas soluciones disponibles y de bajo costo (considerando su efecto), las cuales podrían ayudar a mitigar los efectos de la falta de agua, permitiendo a los productores mantener e incluso mejorar su producción bajo estas condiciones limitantes actuales y futuras.
A continuación se presentan 5 soluciones, de fácil acceso y costo razonable en relación al retorno, para que los agricultores de hortalizas puedan enfrentar mejor la sequía en sus cultivos de hortalizas.
1. Tensoactivos
Son compuestos que al ser añadidos al agua de riego, permiten modificar ciertas propiedades de esta, como por ejemplo la tensión superficial de las moléculas, por lo que el efecto final se traduce en mejorar el área de mojamiento del agua cuando infiltra en el perfil de suelo, permitiendo que el riego sea más eficiente, ya que se disminuyen las pérdidas por percolación y escorrentía tanto de agua como nutrientes.
La mayoría de estos productos están disponibles en formato líquido y son fácilmente aplicables en los ciclos de riego, siguiendo las instrucciones del fabricante en cuanto a las dosis recomendadas para cada cultivo. Sus efectos y beneficios son apreciables al corto plazo, pues su función es inmediata al disolverse en estanque de riego.
2. Hidrogeles
Estos productos poseen una alta capacidad de retención de agua. Los hidrogeles se aplican mezclandolos en el suelo, previo a la plantación, ya sea de forma manual o mecanizada. Su efecto es de acción inmediata y poseen una duración efectiva que puede extenderse fácilmente más de 2 años.
En síntesis, los hidrogeles permiten retener el agua de riego por mayor tiempo en la zona donde se encuentran las raíces, logrando que el agricultor disminuya su frecuencia y volumen de riego en relaciones que oscilan entre el 20% y hasta 70%, dependiendo del tipo suelo, siendo los suelos de tipo arenoso los más beneficiados por esta tecnología.
3. Micorrizas
Dentro de los bioinsumos, se encuentran las micorrizas. Las micorrizas son el resultado de la relación que se establece entre hongos benéficos y las raíces de las plantas, en que tanto el hongo como las plantas se ven beneficiados. Esta relación o “simbiosis”, permite a la planta optimizar la absorción de nutrientes y agua en el suelo, generando un progresivo aumento de rendimiento en los cultivos. El hongo, permite, entre otras cosas, que la planta aumente su radio de acción radicular, mejorando con esto la absorción de agua en el perfil de suelo. Además, las micorrizas funcionan como un biofertilizante, al mejorar la tasa de absorción y asimilación de nutrientes de las plantas, como por ejemplo el fósforo, que es de poca movilidad en el suelo.
Los efectos benéficos de las micorrizas pueden extenderse desde siembra o plantación hasta el arranque de plantas, pudiendo permanecer esporas activas en el suelo, dependiendo de los manejos de suelo, ya que algunos productos fumigantes pueden influir en su sobrevivencia. De todas maneras, para obtener los mejores resultados se recomienda inocular semillas y/o plantines en cada nueva temporada de cultivo.
4. Vigorizantes
Los vigorizantes son compuestos de origen natural o sintético, que al ser aplicados a las plantas, afectan el metabolismo vegetal mediante mecanismos de acción bioquímica que permiten optimizar la transpiración. Estos compuestos tienen bastantes ventajas, pues funcionan en parte como bioestimulante y/o fertilizante orgánico, proporcionando además una protección frente al estrés climático. Un ejemplo son los vigorizantes que incluyen al silicio como ingrediente activo. Estos productos son fáciles de usar ya que pueden aplicarse vía riego o foliar, y luego en la planta se movilizan fácilmente. En el caso del silicio, se hidroliza a nivel de raíces transformándose en ácido monosilícico El silicio es capaz de mejorar el desarrollo estructural y celular de las plantas, lo que permite mejorar progresivamente la capacidad de respuesta al estrés hídrico.
La inversión en este tipo de productos no es muy alta y los resultados pueden verse al corto plazo, pues la movilidad y asimilación es relativamente rápida en la planta, pudiendo evidenciar mejoras en plazos similares a otros bioestimulantes y fertilizantes de uso convencional.
5. Filtros solares
Estos son compuestos que pueden ser de origen natural o sintético, y que al ser aplicados directamente a las plantas, generan una capa protectora que disminuye la radiación solar directa, manteniendo los niveles óptimos de transpiración y reduciendo el estrés térmico.
Los filtros solares para plantas pueden encontrarse en diversos formatos, ya sea polvo mojable o líquido, y generalmente contienen formulaciones similares. Se aplican de forma foliar, y sus beneficios son de efecto casi inmediato, otorgando al cultivo una capa protectora contra rayos UV e infrarrojos, permitiendo a la vez que no se interrumpa el intercambio gaseoso y de agua a nivel estomático, por lo que la planta continúa creciendo y produciendo pero con menos estrés por radiación y temperatura. Debe tenerse en cuenta que gran parte del daño y pérdida en rentabilidad y producción se debe a los factores climáticos o abióticos, por lo que tomar medidas para proteger la parte aérea de nuestro cultivo es un componente esencial dentro de un plan de manejo integral para enfrentar de mejor manera la sequía.
Referencias
- 5 Pilares de la Eficiencia Hídrica Agrícola, Eficagua – 2019
Ingeniero Agrónomo